Rocio, seguramente fue llevada en una manta o lliclla por su madre y lo debe relacionar con algo bueno que utiliza su instinto para cuidar algo que para ella es lo más importante en su vida... su ovejita.
Nuestra sociedad está cada vez más plastificada y regida por los mensajes publicitarios y de repente todo ello hace que le demos la espalda a nuestro instinto de coger al bebé en brazos y llevarlo con nosotros a donde vayamos y preferimos ponerlo en cochecitos mirando el color del cielo o de los techos.
Para Rocio, en su inocencia, fue tan fácil entender los beneficios de darle su calor a lo que más quiere.
Les dejamos esta reflexión junto a la foto que con mucha alegría nos regalo en nuestra visita en Cuzco.
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